“Tanto el vigor mental como el espiritual  dependen en gran parte de la fuerza y la actividad físicas” (Ed. 195)

Beneficios del ejercicio físico activo aeróbico y 
regular.

  • En el organismo:  Favorece la digestión, disminuye el colesterol negativo y la presión arterial elevada, y la incidencia de arteriosclerosis, enfermedades cardiovasculares, diabetes y osteoporosis. Contribuye a la reducción del sobrepeso o a la mantención de peso adecuado. Junto a un régimen alimentario adecuado que limita la ingesta de calorías, se convierte en un factor determinante para la reducción del sobrepeso.
  • En la mente:  Otorga una sensación de bienestar, destierra la modorra y el cansancio, mejora las actitudes ante la vida, acondiciona la mente para el estudio, alivia el estrés, combate la depresión, incremente el nivel de energía sicológica, produce sueño reparador, incrementa la energía sexual y reduce los niveles de ansiedad

  • En la vida espiritual:  Predispone  el espíritu para el estudio de las sagradas escrituras y para la oración.  Crea las condiciones apropiadas para el ayuno y la meditación. Predispone la mente para entrar en contacto con el Espíritu Santo, realizando una actividad devocional de calidad.
 
El ejercicio  favorece la generación de endorfinas en el cerebro humano. Las endorfinas son docenas de veces más poderosas que la heroína y morfina. En términos de poder estimulante, tiene un impacto tremendo en la actitud, la voluntad en la perspectiva mental. Nos hacen sentir bien.

 
Nos dan una sensación de bienestar y paz, ayudando a achicar nuestros problemas a su verdadera dimensión. Decresen nuestros gigantes, creando un efecto eufórico que  nos da energía, entusiasmo y poder para cumplir las tareas diarias.
 
 
En Grecia, los atletas que competían tenían que tener dominio propio. Para tener alguna esperanza de victoria, como atletas cristianos, con la ayuda de Dios, tenemos que aprender a dominar nuestros deseos y apetitos. Y, todavía más:ser capaces de hacer que nuestro cuerpo responda inmediatamente a las órdenes de su pensamiento y vencer la indolencia natural en relación con el esfuerzo.

 
Además de eso, evitar todo lo que lleve a la debilidad física. El ejercicio es un medio poderoso para recibir vigor físico y mental.
 
El ejercicio aeróbico incluye caminar vigorosamente, subir cerros, trotar, saltar soga, montar bicicleta y hacer aeróbicos. Debe ser hecho por lo menos 3 o 4 veces por semana.Cada sesión de ejercicio debiera durar por lo menos 35 minutos. Durante los primeros 7 minutos se consume la glucosa circulante, y hasta los 30 minutos la glucosa almacenada. Si el ejercicio continúa, el cuerpo obtiene la glucosa a partir de la grasa almacenada. Este proceso completo ocurre solo en la presencia de abundante oxigeno. El ejercicio físico debiera producir abundante sudor. Esto es signo de secreción de endorfinas.

Una buena rutina aeróbica incluye ejercicios de relajación, calentamiento, trabajo intenso y respiración.


A los estudiantes, el ejercicio aeróbico les provee la oportunidad de relajarse, y así poder estudiar sin tensiones ni presiones emocionales. Además de eso, el efecto del ejercicio, a través de las endorfinas, les proveerá abundante energía para enfrentar todos los desafíos académicos, y tendrán tal claridad mental que le será más fácil asimilar lo que estudian.

Se realizaron estudios que muestran que los estudiantes universitarios que dedican tiempo regular al ejercicio aeróbico, además de dedicarse a los estudios, rinden mejor en sus cursos que los que se 
dedican solo al estudio. Décadas antes que los fisiólogos se hubieran preocupado en general de la estrecha relación que existe entre el régimen alimenticio y la salud, la Sra. White en 1863, señalo claramente la relación que hay entre los alimentos que tomamos, por una parte, y nuestro bienestar físico y espiritual por la otra.

El Objetivo de este segmento es contribuir a ayudarlo a que viva más, merced a una buena salud, para la Gloria de Nuestro DIOS.